La República
27 de Enero de 2009
Doña Laura Bozzo salta en una pata porque –al parecer intimidado por la grita populachera contra la carcelería de Magaly Medina– el fiscal Humberto Méndez Saldaña, de la 45 fiscalía provincial de Lima, decidió archivar el caso de la menor que fue vejada en el reality de la doctorcita, como lo pudimos ver todos a nivel nacional.
El argumento de la fiscalía es indignante: el caso se archivó porque la madre de la niña, evidente cómplice del delito, decidió no denunciar a la Bozzo, como si, en un caso de daño a menores, el Estado no tuviera que investigar y sancionar de oficio.
Además, aquí no está en discusión si la niña agraviada fue obligada a mentir (algo fácil de discernir con solo interrogar al hombre que fungió de padrastro abusador sin siquiera conocer a la madre de la pequeña), sino que se la haya vejado públicamente al forzarla a hablar de un hecho que atentaba contra su dignidad y a soportar toqueteos de un extraño.
Pero el fiscal Méndez Saldaña –denunciado por la OCMA hace un tiempo por, supuestamente, encubrir a una organización blanqueadora de dinero– quiere más pruebas. Si esa niña hubiera sido asesinada o violada al aire, ¿también hubiera esperado que la madre haga la denuncia?
Pero si el caballero este ha abdicado de su misión de hacer justicia, el Ministerio de la Mujer tiene ahora la oportunidad de corregir la abominación y apelar a las instancias superiores para reabrir el caso. Salvo que, para la ministra Carmen Vildoso, la estabilidad emocional de una niña de ocho años tampoco signifique gran cosa.
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