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Las pandillas en Arequipa
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Rubén Collazos Romero
LA COLUMNA DEL DIRECTOR
AREQUIPA |
Hace unos días un alumno del Colegio Salesianos sufrió quemaduras en el cuerpo, en el día de su cumpleaños. Entonces, la opinión pública se dividió; para unos fue una broma que propasó los límites; y para otros, fueron actos que se ejecutan para iniciarse en una pandilla.
La Policía Nacional y la Fiscalía de la Familia determinarán las responsabilidades del caso, pero deseamos invocar a los padres de familia a interesarse en sus hijos.
Usted sabía, por ejemplo, que la propia Organización Panamericana de la Salud (OPS) considera que la "violencia juvenil es uno de los problemas de salud pública más importante que afronta las Américas".
Un estudio realizado en Lima por Francisco Villegas Alarcón, de San Marcos, y un informe del presente año de la Policía en Arequipa, alertan que estos grupos tienen un crecimiento exponencial.
Hay pandillas de todo tipo. Pero las principales son las de adolescentes entre 10 y 14 años, las juveniles de 15 a 24 años; pero, también están las de colegios secundarios, sean públicos o privados; las de barrio y/o distrito, pandillas de fanáticos del fútbol o sociales, presenciales o por internet.
Ojo, estas agrupaciones no acaban cuando los jóvenes salen del colegio, habitualmente el círculo de amigos continúa en los centros superiores de educación y hasta cuando cambian de ciudad.
A decir del religioso jesuita RP. Gregory Boyle de Los Angeles, de California, en Estados Unidos: "Las pandillas son un síntoma y no un problema".
Así, se ha determinado que el origen de éstas se encuentra en las familias que descuidan la adecuada comunicación entre padres y adolescentes; en la escuela, en las cuales sólo se interesan por el rendimiento académico y punto; y de la sociedad, que no brinda oportunidades a los adolescentes y jóvenes para poder desarrollarse.
Los padres de familia, por ejemplo, deben detectar si sus hijos están en una pandilla por las marcas que consignan en sus pertenencias, libros, cuadernos, adornos, etc.; aparte de los tatuajes, sus conductas y sobre todo los amigos, muchos de los cuales incluso ingresan a la vivienda.
En el colegio se debe propender a que las horas de tutoría dejen de ser los largos y aburridos monólogos de sus profesores de otras materias, para en su lugar contratar psicólogos, los cuales puedan captar, comprender y brindarle algunas soluciones a sus inquietudes.
Finalmente, la sociedad, es decir las municipalidades, organizaciones religiosas, sociales y deportivas, deben encausar de manera proactiva sus energías en proyectos.
Tampoco hay por qué alarmarse; usted, como padre de familia, debe conocer mejor cómo es su hijo y quiénes son sus conocidos, por eso reza bien el dicho: "Dime con quién andas y te diré quién eres".
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