domingo, 15 de febrero de 2009

Sin luz al final del túnel

Los medios de información solo arañan la superficie de los crimenes que se cometen en la ciudad. Luego de noticiar el atraco, el asalto, el secuestro, el asesinato, etc. dejan el asunto y pasan a otra cosa, igualmente noticiosa, y que igualmente estará en primeras planas por unos días o a lo más por una semana. Y es que el negocio de la prensa es la venta del diario y no la documentacion de los casos criminales que se producen en la ciudad. Es así, que el robo de Mesa Redonda (Las Malvinas), el robo de Plaza Vea (Puente Piedra y Chiclayo), el crimen contra Luigi Basantez, el caso de los hermanos Perona Rojas, etc. etc. ya no son cubiertos por los medios.

La ciudadanía se encuentra en la ignorancia al no saber --por poner un ejemplo-- qué pasó con el chofer borracho (Vicuña de la Villa) quien la semana pasada mató culposamente a dos personas inocentes y a una tercera que era su acompañante.

La velocidad con que se producen los crímenes, con que se llenan las páginas policiales de los medios (incluye radio y TV), es tal que lo unico que queda es el inventario de los muertos que van quedando en el camino. Y esto no cambiará. La misma policía se encuentra corrompida por dentro. La misma sociedad protege a sus delincuentes. El mismo Poder Judicial atenta contra los ciudadanos al soltar a quienes, a pesar de todas las pruebas, son homicidas, secuestradores, delincuentes de marca mayor. Las cárceles son una coladera; si no se escapan fisicamente se escapan via celular y atracan y secuestran y mandan matar desde dentro de la prision.

Ya quedó establecido que estamos en un lío vicioso en donde lo unico que queda es velar cada uno por su propia seguridad. Es decir, en una guerra de todos contra todos, donde los mas indefensos, los mas débiles, llevamos las de perder. Y el Estado, que se supone conformamos para nuestra propia seguridad, hace rato que nos esta victimizando. Si eso es lo que queremos, pues ya lo hemos logrado. Cualquier día, a la vuelta de la esquina nos tocará a nosotros ser secuestrados, o asesinados por defender un celular, y la vida seguirá como siempre, sin valer nada. Qué negro panorama.

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