lunes, 23 de febrero de 2009

Así actúa el 'cogotero' más escurridizo de Madrid

A continuación, una Internacional

Seguridad. Con su buena presencia, 'El Quevedo' aparenta ser un ciudadano más, pero es uno de los delincuentes más violentos. Ya ha sido detenido

Así actúa el 'cogotero' más escurridizo de Madrid

ANA S. VALERA
http://www.elmundo.es/papel/2003/03/03/madrid/1347434.html

Estatura y complexión media, ancho de hombros, pelo castaño, cara alargada, ojos oscuros con cejas marcadas y separadas, nariz algo pronunciada, boca pequeña, labios poco perfilados...En general, parece un hombre joven de buena presencia y que no suscitaría sospechas entre los ciudadanos. Pero si usted llegara a verle a la salida de una entidad bancaria, sospeche y no se descuide, porque se trata de uno de los más peligrosos cogoteros chilenos que operan en la región, El Quevedo.


Claro que, al menos durante un tiempo, estará fuera de la circulación, ya que fue detenido el pasado lunes tras una actuación conjunta de agentes de la Brigada de Policía Judicial de Madrid y de las comisarías de Chamartín y de Ciudad Lineal, tras una persecución de película con tiroteo incluido. Ya ha sido puesto a disposición judicial.

Carlos Francisco Muñoz Quevedo, de 24 años, más conocido como El Quevedo dentro del mundo del hampa y con otras muchas identidades falsas es, pese a su escasa juventud, un viejo conocido de la policía. De hecho, llevaban más de seis meses tras su pista, aunque, escurridizo él, había logrado burlar varios controles.

Es uno de los más peligrosos cogoteros de nacionalidad chilena que actúan en Madrid, cabecilla de un violento grupo dedicado a asaltar a usuarios de entidades bancarias o, en ocasiones, viandantes para arrebatarles todo el efectivo que lleven encima.En su ficha policial se registran numerosos antecedentes por delitos contra el patrimonio, robos con fuerza y robos con violencia.

Él controlaba el desarrollo de los golpes, que perpetraban por todo Madrid modificando mínimamente su modus operandi: unas veces, esperaban a la persona que acababa de extraer el dinero en la sucursal para abordarla de forma violenta. Otras, el objetivo era señalado desde el interior de la entidad por un miembro de la banda y cometían el robo en la propia entrada.

A veces, incluso tenían la paciencia de seguir a la víctima hasta el portal de su domicilio para asaltarla entonces. Y hasta hacían auténticas simulaciones: llegaban a pinchar la rueda del vehículo de su objetivo y luego, amablemente, se ofrecían a ayudarle a cambiarla... Así, han cometido decenas de robos y se han logrado embolsar miles y miles de euros.

El Quevedo estuvo a punto de caer en manos policiales el pasado mes de septiembre. Entonces fueron detenidos algunos integrantes de su banda. El seguimiento que los investigadores le estaban haciendo derivó en el establecimiento de un dispositivo de control en el centro de la capital, que el cogotero y su grupo evadieron disparando contra los agentes y dándose a la fuga en un vehículo en dirección a la M-40.

Fueron interceptados y tres de los cómplices de El Quevedo fueron arrestados, mientras él y un compañero se dieron a la fuga tomando diferentes caminos. Carlos Francisco Muñoz desapareció. De su cómplice se supo que había robado un vehículo en cuyo interior había un bebé que, afortunadamente no sufrió daños; abandonó el coche minutos después para no ser localizado.

El pasado lunes, el fantasma de este violento cogotero resurgió: El Quevedo y su banda se habían situado en las inmediaciones de la calle de Corazón de María a primera hora de la mañana.Iban en un Audi A4 robado, dispuestos a actuar, pero sin contar con que pudiesen estar vigilados.

Doble fila

Un vehículo policial camuflado de la comisaría de Ciudad Lineal dio la voz de alarma de su presencia: aparcado en doble fila en una zona con varios bancos, un coche robado... demasiado sospechoso.Cuando el Audi A4 emprendió la marcha, los agentes les siguieron y activaron las sirenas.

El Quevedo y sus dos acompañantes, lejos de detenerse, emprendieron la huida y se inició una persecución a la que se unieron efectivos de la comisaría de Chamartín. Sólo pudieron frenarles provocando un choque frontal con un patrulla, se desencadenó un tiroteo durante el que dos de los sospechosos lograron escapar y que se saldó sin víctimas, si bien hubo tres agentes heridos leves, como el tercer sospechoso.

El delincuente detenido iba indocumentado, dijo llamarse Patricio Navarro, pero los agentes de la Brigada de Policía Judicial allí presentes lo conocían de sobra: era, claro, El Quevedo. Sus correrías terminaban en ese preciso momento.

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