Para la delincuencia no hay feriados ni fiestas de guardar. Ella "trabaja" todo el tiempo. Qué bueno fuera si esa energía la usaran para realmente trabajar; otro sería el cantar.
La delincuencia también se mantienen al día con los avances tecnológicos y han encontrado en el celular su aliado más preciado. Este aparatito lo usan principalmente para hacer la "marca". La delincuencia aprende sus artimañas de las películas y emulan al mejor de los mejores de los filmes de delincuentes.
Un programa que toman de ejemplo es el de "Los Magníficos". También copian las hazañas de "Misión Imposible" y hasta copian la modalidad de los asaltos a la diligencia del Viejo Oeste cuando asaltan a nuestros buses interprovinciales.
Pero, en el extremo opuesto, también hay el otro tipo de delincuencia: el que procede de la manera más primitiva y salvaje que haya. Proceden a la mala, a la bruta, a matar a la menor resistencia que se les haga; no creen en avances ni en los ocho cuartos. Estos delincuentes son los más peligrosos, pues, junto con la bolsa puedes perder la vida.
Ante ello, la ciudadanía tampoco debe descansar, ni bajar la guardia contra ese enemigo. La ciudadanía debe estar siempre un paso adelante de esta lacra, en todo: en tecnología, en prevención, etc. Las rejas de seguridad de las calles son buenas hasta que el choro las burla, por ello, una vez puesta las rejas hay que pensar qué otras cosas poner, pues, nunca, nunca hay que dormirse en los laureles cuando de ganar la guerra contra la delincuencia se trata.
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