domingo, 29 de agosto de 2010

Editorial de "El Comercio": La inseguridad empieza a cercar Lima

A continuación, editorial de El Comercio

Domingo 29 de agosto de 2010

La inseguridad empieza a cercar Lima

http://elcomercio.pe/noticia/630739/editorial-inseguridad-empieza-cercar-lima

¿Hasta dónde puede llegar la violencia criminal en Lima y otras zonas urbanas? Esto se preguntan las vecinas y vecinos de la capital y otras ciudades, cada vez con mayor preocupación.

El brutal asesinato del anciano sacerdote Joel Linán Ruiz Morales y de su enfermero y asistente Albany Ananías en el convento de San Francisco –en el Centro de Lima a escasos metros de una dependencia policial– es muestra de cuán avezados son hoy los delincuentes, cuya crueldad parece no tener límites.

Frente a esta realidad la respuesta de la autoridad, en este caso del Gobierno y del Ministerio del Interior y el Poder Judicial, sigue siendo lenta e insuficiente. Así, el problema de la indefensión ciudadana se ha convertido en el primer clamor ciudadano.

En el caso del sacerdote puertorriqueño Linán Ruiz llama la atención no solo la desbocada violencia contra un anciano delicado de salud, apuñalado siete veces, sino también que el hecho se haya producido tan solo a cincuenta metros de la Unidad de Servicios Especiales de la Policía Nacional del Perú (Comandancia 21 de Lima).

Las cifras de la violencia son escalofriantes: en lo que va del mes se han denunciado

-300 asaltos a domicilios en Lima;
-98 robos solo en el centro de la ciudad;
-16 automóviles son robados diariamente


y no hay día que nuestro Diario no reciba la noticia de macabros hallazgos, como el de un cuerpo carbonizado ayer en las riberas del Rímac.

El caso de la niña Romina Cornejo, de 3 años, hoy cuadripléjica tras recibir una bala de un grupo de ‘marcas’ que asaltaron a sus abuelos en la Vía Expresa a la luz del día, es doloroso y escandalosamente emblemático de la situación que se vive. No faltan, además, los asaltos y violaciones en taxis, robos y secuestros al paso. A esto hay que sumar la violencia intrafamiliar, que ya tiene una mujer símbolo: Elizabeth Alanya, cuyo esposo le lanzó agua caliente en la cara casi desfigurándola.

La reacción de las autoridades es aún deficitaria. Las nuevas leyes aprobadas por el Congreso, que reducen los beneficios penitenciarios para quienes cometan homicidio calificado y amplían la detención por flagrancia a 24 horas, son medidas positivas pero que tienen que insertarse en una política integral, que no se perfila. Lo mismo puede decirse del incremento de la dotación policial para el patrullaje de calles. Son parches, no soluciones integrales.

La ciudadanía exige, con toda razón, que el Estado cumpla su función de garantizar la vida e integridad, es decir la seguridad ciudadana, talón de Aquiles de este Gobierno. De nada vale que sigamos creciendo a ritmos económicos sobresalientes, de entre 7% y 10%, si no podemos vivir y desplazarnos tranquilamente.

Se requiere una estrategia inteligente y ordenada, con plazos determinados y un presupuesto que permita cumplir las metas y objetivos. Y no tener el prurito de que el Ejército colabore con la Policía en las tareas de seguridad de las ciudades.

El Congreso, el Poder Judicial y el Ministerio Público, por su parte, tienen que asumir su responsabilidad en esta coyuntura, para legislar y sancionar drásticamente a los delincuentes y criminales, que hoy son liberados fácilmente, lo que constituye una burla a la justicia y al derecho. Y qué decir del sistema penitenciario, que tiene que ser purgado para erradicar a las mafias que permiten que las bandas de secuestradores operen con total impunidad desde el interior de los penales.

En vísperas de las elecciones municipales y generales, el Gobierno tiene que reaccionar con energía y coherencia, para parar la espiral criminal y garantizar una transferencia ordenada. Los candidatos a las alcaldías y gobiernos regionales han dado prioridad al tema de la seguridad ciudadana en sus agendas, pero no debe olvidarse que es función del Ministerio del Interior velar por la seguridad interna, y eso incluye también la seguridad de todos y cada uno de los y las habitantes de nuestro país.


La clave para controlar con efectividad y eficiencia a la delincuencia está dada por el sistema de las cuatro "P's":

-Prevención
-Policía
-Penales
-Poder (Legislativo y Judicial)

A trabajar de una vez en ello.

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