lunes, 29 de octubre de 2012

Robacarros acribillan a un taxista


Lunes 29 de octubre 2012

Robacarros acribillan a un taxista

Víctima opuso resistencia al robo de su auto, que aún no acababa de pagar. Le dispararon 5 balazos y asesinos huyeron sin nada.

Por: N. Florián

http://trome.pe/actualidad/1489175/noticia-robacarros-acribillan-taxista

Por defender su auto, que era su única herramienta de trabajo, el taxista José Antonio Isla Miranda (28) fue asesinado de cinco balazos por una banda de robacarros, en San Juan de Lurigancho.

“Voy a trabajar, ya vengo”, fue lo último que le escuchó decir Gabriela Bernabé, con cinco meses de gestación, al padre de sus hijos, el último sábado a las 8 de la noche. Horas después se enteró de su horrenda muerte.

El crimen ocurrió a las 9 de la noche en plena avenida Wiesse cuando la víctima subía a su carro marca Toyota, de placa C7S-456, color azul, después de comprar una botella de agua en una bodega.

“Cuando iba a cerrar la puerta del vehículo, dos sujetos se le acercaron y con un arma de fuego le exigieron que entregue su dinero y las llaves del auto”, contó un testigo. El taxista opuso resistencia y se aferró al timón de su vehículo, que aún no terminaba de pagar al banco.

ACRIBILLADO

Fue en ese momento que los delincuentes lo acribillaron con cinco balazos, dos de ellos en la cabeza y el resto en el cuerpo, quedando sentado en el asiento del carro.

Los homicidas, al notar que los vecinos se asomaban y salían en ayuda de la víctima, escaparon corriendo en diferentes direcciones.

El herido fue auxiliado por los transeúntes, quienes lo trasladaron al hospital de San Juan de Lurigancho, donde el médico de turno certificó su muerte.

Los familiares, en medio de escenas de dolor, llegaron al nosocomio e identificaron al taxista, cuyos restos fueron trasladados a la Morgue Central de Lima.

QUEDÓ VIUDA

Entre sollozos Gabriela Bernabé, contó que su pareja era el sostén de la casa.

Asimismo, estaba muy entusiasmado con el nacimiento de su segundo hijo y por ello ahorraba algo de dinero.

“Era una persona muy alegre, pero la última noche que salió a trabajar lo noté triste. Me pareció raro porque él no era así”, contó.

Se conoció que, hace seis meses, José Antonio compró el auto para hacer taxi y le faltaban tres cuotas para cancelarlo.

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